sábado, 20 de septiembre de 2008

SUSTENTACION INFANTIL SEGUNDA SEMANA




AHORA NOS RESTA DESPARACITARLOS, VITAMINARLOS; Y, SUBRIR SUS NECESIDADES SEGUN LA TRAYETORIA DEL TRABAJO.

Ya hemos iniciado el cuidado de los niños. Este es el inicio. Muchas necesidades; pero muchas espectativas.

Ore usted tambien para que Dios nos de la gracia, la intaligencia, el amor, y la provision.
nos inicamos sin ningunas mesass; os niños comieron su merienda en las manos. Hoy ya tenemos dos mesas, un pequeño columpio, algunos juguetes, etc.
Pero su oracion y su ayuda nos pondra en superlativo. Tenemos como meta alcanzar cientos de menores desprovistos de ayuda. SI QUEREMOS, JUNTOS LO HAREMOS. YO SE BIEN COMO SOMOS LOS DOMINCANOS Y LOS AMIGOS DE NUESTRA NACION. LO HAREMOS JUNTOS.

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TRATADOS

ENCUENTRO OPORTUNO Por Luis M. Moreta Don mercante y doña clientina El caer la tardecita sobre el agitado pueblo, se desmontó de un vehículo una doña compradora; entró a un establecimiento, y saludó sin demora. -Buenas tardes, don Mercante. -Muy buenas tardes, doña Clientina,. Que le trae por este sitio?- preguntó don Mercante. -ya usted puede ver, como siempre- contestó la doña. –buscando algo que comprar. ¿tiene usted buenos productos? -Bien sabe usted que de eso yo me ocupo, la doña, pida lo que quiera y verá. Doña Clientina, un poco dudosa, da una ojeada por los tramos, y dice: ¿Sabe usted amigo mío? Siempre espero me vaya bien en mis compras, pero a veces solo me venden engaño. -Eso no es extraño, amiga mía. El engaño es un ingrediente que sazona los servicios cotidianos de las gentes cuando no tienen esperanza; ponen su corazón en la materia, y buscan lo mejor para ellos, aunque creen que lo mejor son las deshonestas ganancias de sus malas o buenas mercancías. -Sí, pero- intervienen doña Clientina- ¿y la lay y la justicia? -Señora, la justicia mejor es la de Dios, y la ley son las Sagradas Escrituras, y hay que conocerlas porque nos guían a toda verdad. Yo, como comerciante, me guio por ellas, y espero de Dios la bendición. -Bien, don Mercante, creo que es lo correcto… ¿Cómo están los precios, con altura?- Don Mercante sonríe, y responde: -Es mi deber hacerlo todo con altura, pero no los precios; de ellos podríamos decir que están por las Escrituras, lo más justo posible para satisfacción de mi jefe.- ¿Cuál es su jefe, señor? ¿No que es suyo este negocio? -Bien que sí, pero desde que entregué mi vida a Jesucristo, El gobierna mis asuntos. ¿No ve usted que la medida está completa? -Eso estoy notando, don Mercante, es muy diferente. -Tiene que ser diferente. En Proverbios 20:10 dice: Pesa Falsa y medida falsa, ambas son abominación a Dios. -Sí, así, mismo es, don Mercante. Varios comerciantes compran a $100, dicen: me costó $250, vendo barato en $275, ¿Qué le parece amigo? Si señora, así hacen los mentirosos acorralados por la avaricia. Los temerosos de Dios estamos apercibidos por Proverbios 28:22, que dice: Se apresura a ser rico el avaro, y no sabe que le ha de venir pobreza. Y más aún, en efesios 5 .5, que dice: Porque sabéis esto. Que ningún fornicario o inmundo, o avaro, que es idolatría, tiene herencia en el Reino de Cristo y de Dios. De esta clase de gente es que se refiere Prov.20:14, cuando dice: El que compra dice: malo es, malo es; mas cuando se aparta, se alaba. Cuando el hombre pone su corazón en ls riquezas termina en la miseria espiritual, moral, y muchas veces hasta sin dinero mi corazón no está en este negocio, por eso trato con justicia. Mi fe está en Dios que meda paz, salud y salvación. -Bien,- respondió doña Clientina –ahora sí comprendo por qué Jesucristo es su jefe, y de seguro que desde este mismo momento lo hago mío también…, hasta luego don Mercante. Hasta luego, doña Clientina. ¿Quiere usted también hacerlo su jefe? Visítenos a nuestra iglesia__________________________________________________ Llame a Tel.:_____________________________________________________________