Editorial Reviews
Product Description
Este libro está dirigido a quienes prefieren retener alzado hasta las cúspides el pendón de los valores esenciales de la vida.
Es un tratado para quienes pretenden seguir navegando por las aguas de las normas infalibles de la buena conducta.
En su primera parte, “Ética”, este libro contiene formulas de conducta que harán del lector persona honorable y elegible ante cualquier publico casto.
En su segunda parte, “Matrimonio”, se presentan los consejos y formulas que harán eterna la unión matrimonial, incluyendo el trato con yernos & nueras, suegros, padrastros e hijastros.. Y, como había que escribir acerca de los hijos, no quisimos ponerle las tapas al libro sin que nos refiriéramos a este segundo tema. Pues, bien es sabido que el fundamento de una buena crianza de hijos, es el establecimiento de un buen matrimonio.
En efecto, “La Crianza de los Hijos”, es el tema de la tercera parte. Y no solo es útil e interesante para quienes crían hijos; sino, a los hijos del hogar.
En fin, estas normas entregadas en estas tres partes de un tratado, son leyes infalibles e incólumes que no han de faltar en el hogar porque son recursos previsores y restauradores en el manejo de los miembros de la casa.
Es un tratado para quienes pretenden seguir navegando por las aguas de las normas infalibles de la buena conducta.
En su primera parte, “Ética”, este libro contiene formulas de conducta que harán del lector persona honorable y elegible ante cualquier publico casto.
En su segunda parte, “Matrimonio”, se presentan los consejos y formulas que harán eterna la unión matrimonial, incluyendo el trato con yernos & nueras, suegros, padrastros e hijastros.. Y, como había que escribir acerca de los hijos, no quisimos ponerle las tapas al libro sin que nos refiriéramos a este segundo tema. Pues, bien es sabido que el fundamento de una buena crianza de hijos, es el establecimiento de un buen matrimonio.
En efecto, “La Crianza de los Hijos”, es el tema de la tercera parte. Y no solo es útil e interesante para quienes crían hijos; sino, a los hijos del hogar.
En fin, estas normas entregadas en estas tres partes de un tratado, son leyes infalibles e incólumes que no han de faltar en el hogar porque son recursos previsores y restauradores en el manejo de los miembros de la casa.
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